He perdido mi adolescencia por culpa de todos mis problemas de salud mental. Y ahora, me doy cuenta de que sigo gastando casi todo el tiempo que tengo en sufrir. Estoy perdiendo el tiempo, un tiempo precioso y, en cierto modo, escaso. Me paso una cantidad ridícula del día pensando en cosas horribles, sufriendo por la forma de mi cara o por cosas que ya han pasado, recuerdos que ya no puedo cambiar, relacciones que ya no puedo deshacer. ¿Como podría llegar a ser feliz? Se que quiero salir de este agujero. He escalado mucho, pero siempre acabo revisitando el pozo. Siempre vuelvo a lo que fue, es, y - en mis momentos más bajos - temo que será mi hogar por mucho tiempo: El dolor, la soledad. No me considero una persona particularmente pesimista, ni introvertida, pero si que reconozco que nunca he sido plenamente feliz. Al menos no durante los últimos 8 años. Y pienso, si pudiese deshacerme de todo este sufrimiento, ¿lo haría?. A veces me pillo a mi mismo aferrándome al dolor. Abrazandolo. Haciéndolo mío. Es lo más jodido de los problemas mentales, que se enquistan. Comienzan a formar parte de lo que eres. Como una herida mal curada. Derrepete, tienes 21 años y te das cuenta de que una parte significativa de tu identidad ha sido siempre que estás "loco", "enfermo", "deprimido", etc. Y purgar ese veneno es como matar una parte de ti. Como amputar un tumor que solo hace que crecer y crecer. Y aunque te esté matando, ese dolor, ese sufrimiento, es parte de ti. Y no es fácil renunciar a el. No es facil ponerte una diana en la frente y decir "yo soy mi peor enemigo, yo solito, me estoy matando". No puedes caer en la trampa, ni dejarte llevar por un "sindrome de estocolmo" - por decirlo de alguna manera - que te ata a tu propia miseria. Mi mente es una cárcel, yo soy el preso y el carcelero. Soy la jaula y los barrotes, soy un rehén de mi mismo. Quiero escapar, literal y figuradamente. Quiero ser libre, huir del dolor. Quiero desaparecer, cambiar de aires. Quiero vivir, quiero ser feliz. No quiero perder más tiempo.